Las chicas superpoderosas de Toromocho

“Ahora tenemos para comer y vestir a mis hijas. Antes no era así. El pago de mi esposo no alcanzaba para alimentarlas bien. Peor cuando entraron a estudios superiores”, refiere Rufina Túncar Quispe, quien hoy en día, al igual que muchas mujeres del distrito de Morococha, en Junín, gracias a las capacitaciones de Chinalco realiza un trabajo que, anteriormente, era exclusivo para hombres.
La presencia de Chinalco en Morococha ha impulsado la inserción formal de 17 mujeres en el mundo laboral, en el rubro de la minería y construcción civil, permitiéndoles contribuir en el sostenimiento económico de su hogar y favoreciendo el fortalecimiento de su autoestima.
Chinalco, al llegar a Morococha, identificó que dentro de las necesidades urgentes de los pobladores resaltaba la creación de puestos de trabajo. Por tal motivo, desarrolló diversos programas de capacitación dirigidos a hombres y mujeres, desde los 17 hasta los 60 años, en operación de maquinaria pesada, mantenimiento eléctrico, mecánica automotriz, albañilería, lectura de planos, entre otros.
Gracias a estas capacitaciones, realizadas por SENCICO (Servicio Nacional de Capacitación para la Industria de la Construcción), en Morococha, algunas empresas contratistas, que brindan servicios al Proyecto Toromocho, han contratado el servicio de estas mujeres, como es el caso de Rufina Túncar, quien es casada y tiene cuatro hijas.
Lo mismo sucede con Carmen Ramos Alejandro, quien es madre soltera y tiene dos hijos. Gracias a Chinalco, “ahora tengo hasta para mantener a mi mamá, a mi papá y puedo educar también a mis hijitos”, relata Carmen.

La inclusión de las mujeres en el mundo laboral y, con ello, el fortalecimiento de su autoestima es otra muestra de los logros que se pueden alcanzar con la participación de la minería responsable en nuestro país.


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